Suspendiendo los entornos

No existe nada sobre mis horas en un bar.

Ni vasos, ni botellas de licor.

 

No hay nada sobre estas letras, ni versos.

Nada de gente a mí alrededor.

 

No existe nadie que me hable, ni emoción.

No hay amor, tampoco dolor.

 

Suspendiendo los entornos.

 

La vejez de años es toda para el resto.

Me quedo entre letras constantes.

 

No sé de tiempo para estar corriendo.

No sé de inquietud por una pausa.

Blog de WordPress.com.

Subir ↑